jueves, mayo 29, 2008

Antes de ser mamá

Antes de ser mamá, yo comía mi comida caliente.Mi ropa lucía planchada y limpia todo el día.Podía sostener largas y tranquilas conversaciones telefónicas.
Antes de ser mamá, me dormía tarde, tan tarde como quería y jamás me preocupaban las desveladas. Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y hermosas. Mi casa estaba limpia y en orden, no tenía que recoger juguetes olvidados por todos lados. Antes de ser mamá, no me apuraba si alguna de mis plantas era venenosa, ni pensaba en lo peligroso de las escaleras o las esquinas de mis muebles.
No dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el doctor, ni consideraba siquiera la palabra VACUNA.
Antes de ser mamá, no tenía que limpiar comida del suelo, ni lavar las huellas de pequeños deditos marcadas en los vidrios.Tenía control absoluto de mi mente, mis pensamientos, mi cuerpo y mi aspecto físico...Dormía toda la noche y los fines de semana eran totalmente relajados.
Antes de ser mamá, no me entristecían los gritos de los niños en la consulta médica, no tuve jamás que detener, con lágrimas en mis ojos, una piernita que sería inyectada.
Antes de ser mamá, yo nunca sentí un nudo en la garganta al mirar a través de unos ojos llorosos y una carita sucia.
No conocía la felicidad total con sólo recibir una mirada.
No pasaba horas mirando la inocencia dormir en una cuna.
Nunca sostuve a un bebé dormido SOLO porque no quería alejarlo de mí. Antes de ser mamá, nunca sentí que mi corazón se rompía en un millón de pedazos al no poder calmar el dolor de un niño.
Nunca supe que algo tan pequeño, podía afectar TANTO mi mundo.Nunca supe que podía amar a alguien de ese modo, nunca supe que amaría como una MADRE. Yo no conocía el sentimiento que provoca tener mi corazón fuera de mi cuerpo.
No sabía que tan especial me sentiría al alimentar a un bebé hambriento.No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo. No sabía que algo tan chico podría hacerme sentir tan importante.
Antes de ser mamá, no imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor.
No imaginaba lo grande y lo maravilloso que sería.
No imaginaba la satisfacción de ser madre. No sabía que yo era capaz de sentir tanto...
Hoy no imagino mi vida sin esa pequeña sonrisa picara y traviesa, sin esa huella de chocolate en la pared, sin ese olor a pureza, sin escuchar de unos pequeños labios esa palabra corta y larga a la vez...'Mami'.

martes, mayo 27, 2008

No te dejes abrumar por la carga de estrés

Si pudiéramos observarnos desde lejos en la rutina de un día de nuestra vida, como espectadores en una sala de cine, ¿cómo nos veríamos?Suena el despertador y ya vamos tarde, los hijos salen de la casa entre apurones y desayunos a medias, el celular imprudente, el tráfico inmóvil, la presión del trabajo, todo lo que "necesitamos" comprar, la apariencia, la convivencia, y como fondo, la televisión, la radio, la computadora... encendidos.
Si éste es tu día, estás "a la moda": eres una persona modernamente estresada.
El vivir de cada día En una conferencia en la Universidad de MIT se afirmó que los habitantes de las grandes ciudades sufren tanto los efectos post-traumáticos del estrés, como los veteranos que regresan de las guerras.
Y es que la violencia y la agitación de estas ciudades produce gran ansiedad en las personas. Ansiedad que se transforma en mal humor, insomnio, agresión, migraña y depresión.La ciencia nos advierte que el estrés daña el sistema inmunológico, congela la creatividad y acorta la vida. ¿Cómo combatir este mal silencioso que nos ataca sin tregua?El estrés no es novedad en el organismo, es tan viejo como el hombre mismo. El hombre de las cavernas se estresaba cuando enfrentaba a un depredador, cuando cazaba o cuando las fuerzas de la naturaleza lo desconcertaban.En esos momentos debía actuar rápido y eficazmente para poder sobrevivir.Viéndolo de este modo, el estrés no es siempre negativo, ya que es una respuesta biológica y física ante estímulos que percibimos (pueden ser reales o no) como una amenaza.La novedad de nuestros días no es el estrés, sino la cantidad a la que estamos expuestos cada día.En aquellos días, y en muchos después de la era de las cavernas, el hombre sufría estrés, reaccionaba y luego se recuperaba del evento. Hoy no hay tiempo de recuperación, la constante actividad nos mantiene en un estado de alerta que agota a nuestros cuerpos y termina por enfermarlos.El cuerpo reacciona ante el estrés, se pone alerta: las pupilas se dilatan, la respiración se acelera, la mente recoge información y la procesa, los músculos se tensan, el corazón palpita más rápido, la piel suda...Todo esto para preparar una reacción que va más allá de las fuerzas con las que actuamos normalmente. Estrés positivo y negativo Pensemos en un futbolista que debe desempatar con un tiro de penal en la final; en un papá que atrapa a su hijo antes que caiga por las escaleras; en un cirujano en la sala de operación con un corazón entre sus manos.La respuesta acertada en momentos críticos es detonada por un estrés positivo que ayuda a enfrentar retos. Este tipo de estrés se asocia con la resiliencia y no daña al organismo.Permite que el cuerpo y la mente reaccionen ante una situación específica. Es el mismo que llenaba de energía positiva y concentración al hombre prehistórico perseguido por un leopardo.A este tipo de estrés los estudiosos del tema lo llaman positivo, pues permite que el hombre responda ante un estímulo violento.
El estrés negativo viene del activismo y de la percepción de una "realidad" que nos presiona, no necesariamente de la realidad.El estrés no respeta edades o sexo. La generación de nuestros hijos sufre más estrés que ninguna otra en la historia. ¿El resultado? Niños y jóvenes con migraña, gastritis y asma.Nuestros jóvenes se sienten estresados por los problemas económicos de sus papás, un constante escuchar que "no alcanza" los angustia.Ése fue un estrés que nuestras generaciones no vivieron, ya que las familias no necesitaban todo lo que el mercado les ofrecía y los amigos no presionaban si no tenías iPod, el último juego electrónico o ropa de cierta marca.Los padres separados eran escasos, el "bullying" era una amenaza poco probable y no tenías que ser el mejor de la clase, el mejor en deporte, el mejor en oratoria y el más popular con las niñas. ¿Cómo combatir el estrés si todo es presión en nuestra vida? Lucha contra él La teoría es simple, la práctica requiere esfuerzo. La idea es encauzar la energía ocasionada por el estrés a una proactividad.
Cambiar la percepción de la realidad que amenaza, por la realidad que reta. Los retos exigen acción, las amenazas paralizan.El reto se torna logro o aprendizaje si se falla, pero ambas situaciones nos fortalecen como personas. La batalla contra el estrés se logra con el arma más preciada que se tiene: la libertad.Hoy se vive en la era de la informática, y si tanta información y comunicación presiona, se debe ELEGIR y SEPARAR lo importante de lo urgente.
Detengámonos un momento, y desde la butaca del espectador, analicemos qué cosas son significativas en la totalidad de nuestra existencia.Esas que se eligieron son prioridad, las que premian con una vida disfrutable. El resto puede ser eliminado abriendo tiempos de calma y descanso. Remedios comunes La forma más fácil y rápida para sanar el estrés es también la más equivocada. Esto es, pastillas para la ansiedad, para dormir, abuso de alcohol o hasta drogas.
Estas formas duermen el sentimiento de estrés momentáneamente, pero no lo controlan a largo plazo.Después de la borrachera o de dormir por 14 horas, el problema seguirá en donde lo dejamos. La lista de pendientes seguirá escrita en la agenda.En la actualidad hay un abuso de uso de estos remedios antiestrés, sobre todo porque muchas veces, están automedicados. Algunas sustancias se venden sin receta médica. Remedios efectivos
Éstos son algunos de los remedios que pueden ayudarte a luchar contra el estrés:
RELAJACIÓN: Meditar, orar, descansar, leer, respirar profundamente y hacer yoga.
HABLAR CON ALGUIEN: No tiene que ser un especialista, puede ser un amigo, familiar, papá, cónyuge; alguien con quien se puedan expresar los sentimientos y preocupaciones.
EJERCICIO: Por medio del ejercicio se genera una hormona calmante, la endorfina que contrarresta la adrenalina.
DIVERSIÓN: Reír es una excelente terapia. Disfrutar de un buen programa cómico, contar chistes con amigos, jugar, en una palabra divertirse vaciando la mente del problema. Y una vez tranquilo, el siguiente paso es actuar.
ORGANIZAR EL TIEMPO: La preocupación viene de la ocupación en pensar y pensar en lo mucho que se debe resolver, así se puede rumiar el conflicto por días sin resultado en acciones. Siendo proactivos se resuelve; preocupándose, no.
RODEARSE DE PERSONAS POSITIVAS: La actitud se contagia. Nos apresuramos todos los días para solucionar, como decimos comúnmente, para palomear y palomear pendientes y eventos, tachamos días en el calendario, subrayamos con amarillo pendientes terminados, pero ¿cuánto de esto disfrutamos?La vida es un camino formado por cada momento del único tiempo que existe, el presente. Se disfruta y se vive en el estrés y en la calma.
Decía la Madre Teresa que al final de nuestras vidas nadie nos va a preguntar cuántas cosas hicimos, sino cuánto amor pusimos en aquello que hicimos.
Para reflexionar -
¿Qué tan acelerado vives?-
¿Cuándo fue la última vez que te diste tiempo para ti, para realizar cosas que te gustan, elaborar un pasatiempo?
¿Te cuesta trabajo mantenerte en silencio cuando estás solo?