miércoles, febrero 02, 2005

La boda de mi mejor amiga...

Cuando me dijo la fecha de su boda, me dio gusto, en mi interior no le creí mucho (perdón, pero es verdad), pasaban los días, y la fecha seguía siendo la misma, empecé a dudarlo, llegaron las fiestas decembrinas y me dijo que era su ultima navidad en la ciudad, ahora si me la creí.

Habíamos pasado tantas cosas juntas, tantos lugares, “shoppings”, dietas, lagrimas, entregas de Oscar’s, MTV movie awards (y video awards también), interminables relatos de peleas con nuestros hermanos, amores, desamores, cuantas películas, cuantos juegos de boliche, cuantos fines de semana, cuantas comidas (te acuerdas “siempre tendremos Súper Salads”), como que de repente todos se me agolpo en la mente… y en mi corazón.

Me presto su hombro cuando mi aferrado (y a veces aperrado) corazón creyó estar enamorado de quien no me correspondía…

Aguanto horas y horas de relatos de mi cyber date… con el que me case, jajajaja.

Descubrimos la magia de ser tías casi al mismo tiempo.
Opto por mi amistad, dejando a otra por defenderme, aun y cuando tenían mucho más tiempo de conocerse.

Aguanto a la “novia psicópata” en la que me convertí cuando estaba en los meses anteriores a mi boda con Rob. Se gano la sincera amistad de mi marido, cosa que agradezco hasta el universo, por que seria espantoso que no se llevaran bien, desastrozo en realidad.

Nuestro ultimo “shopping travel” fue memorable, como cada uno de los anteriores, con todo y sus súper anécdotas de cada uno de los viajes.

Juntas nos hicimos disneymaniacas (espero poder repetir ese viaje, pero ahora con nuestras familias).

Se convirtió en mi cuarta hermana, nunca se lo he dicho, pero se que lo sabe, eso es lo que hace perfecta nuestra relación, no se necesitan palabras para decirnos lo que pensamos.

Siempre tiene la palabra correcta, la frase exacta, el detallito… y de pronto se casa, si me saco de onda, un montón … diez horas manejando no nos impidieron estar a su lado, la vi feliz, realizada, sonriente, y entonces se borro mi tristeza, la hecho de menos, pero se que es feliz. Escribimos seguido, hablamos poco, pero nuestra amistad sigue siendo fenomenal, cada día más sólida, es increíble que aunque 1000 kilometros nos separan, seguimos teniendo esa conexión tan especial, hemos decidido que no estamos en otra ciudad, solo a unas cuadras más de distancia...