jueves, julio 07, 2005

Niña Bien

Crecí en un hogar donde me educaron para ser una “niña bien”, no confundir con las nuevas terminologías de “gente bien”, no implica posición social, ni dinero, vamos, ni siquiera, como diría mi mamá “de abolengo”, no, simplemente me guiaron para ser una mujer de principios, mas dos o tres cositas, que nada tienen que ver con la buena educación, saberte comportar en cualquier ambiente, ser amable, y mi coco, no decir malas palabras…
Durante mi adolescencia y mi proceso para convertirme en adulto comprendí que lo que tan bien había llevado por años, no era tan sencillo de seguir, descubrí que, en mi interior vivía una joven rebelde que suplicaba salir a la superficie, por mera diversión; me di cuenta también que el saberte comportar en cualquier ambiente, es un arma de dos filos, pues sabes también como crear un caos en cualquier situación, y eso, francamente me atraía; y la amabilidad, aunque formaba parte del paquete básico de mi carácter, en situaciones adversas podía ser muy distante mi comportamiento a la definición de “amabilidad”, cuestión que creaba un verdadero conflicto interno, porque cuando estaba en mi estado habitual era “buuuuena”, palabra alterada con la cual me califico mi hermana Fey, en la cual sencillamente me estaba diciendo entre inocente y estúpida.
Con el paso de los años, y la llegada de la tan temida madurez, he ido dominando la intención de caos y, en la mayoría de las ocasiones, las malas palabras de mi lenguaje (salvo cuando manejo y cuando realmente me buscan y se aparece “Luci”), creo que me di cuenta que los seres humanos vivimos el complejo “jeckill/hide”, todos tenemos nuestro “paquete básico” y el “usese en caso de emergencia”, en mi caso particular, dicen los que me conocen, el segundo es tan espantoso que es mejor colocarle el letrero de “manéjese con cuidado” o “toxico”, y la verdad, es muy cierto, por que la cruda moral que me deja permitir aparecer en escena a “hide” es mucha, hiero con lo que digo, y aunque lo hago en un estado que no se puede calificar de 100% consciente (lo que podría justificarme un poco) se exactamente donde duele.
Pero a lo que quiero llegar con todo este relato es que, hasta antes de noviembre del 2003 sabia perfectamente que era lo que hacia que “hide” se asomara detrás de mi… digamos que a mis 29 lo tenia todo muy bien clasificado, y por tanto “hide” vivía sentado (para no cansarse) en lo recóndito de mi personalidad; pero nadie lo sabe todo, ni lo ha experimentado todo, y mi nueva vida me trajo mucha felicidad y nuevas situaciones que “hide”y yo desconocíamos… situaciones que ponen a prueba mi manejo de la situación, cosa que, dada mi naturaleza, me descontrola en lo absoluto, a mi por favor denme un programa de lo que hay que hacer, mi rutina diaria, es eso, una rutina, que siempre busque equilibrar, si voy de viaje, por el amor del cielo hagamos un plan de que es lo que vamos a hacer cada día desde el momento en que salimos de casa, hasta el momento de llegar a la misma; cuanto tiempo vamos a ahorrar para conseguir esto o aquello; los cumpleaños de familiares y amigos en el calendario, bueno tengo controlado hasta cuanto gasto de gasolina debo tener en una semana normal, en una ajetreada y en una de fiesta; toooodo, todo, todo, cuando no se algo, o se me sale de control, entro en un estado de alteración que me enferma… y ahí radica el problema, mi maridin, el hombre mas hermoso sobre mi planeta, ese ser tan afín a esta humilde escritora de blog, en eso no se parece a mi, “ahí vamos”, “ahí la llevamos”, “un día quiero ir a…”, “luego te armo el estante”…. y adivinen quien sale detrás de mi… “hide” por supuesto, lo adivinaron, a mi dime “llevamos un tanto por ciento de avance”, “en septiembre 7 del 2006 nos vamos a ir de crucero por el caribe”, “no tengo ganas de armar el estante”, no se, no entiendo por que se complica tanto ser preciso, y es ahí cuando comprendo que el amor no es mirarse mutuamente a los ojos con pasión, no, es amar al cuate que duerme contigo con todo y sus defectos, por que evidentemente yo también los tengo, y supongo que el “hide” de mi marido se asoma también de vez en cuando (quizá mi “hide” no es tan alto como el suyo) por cuestiones de las cuales, probablemente, ni se me crucen por la mente, pero como cada cabeza es el mundo de un jeckill y de un hide, pues hay que aprender a vivir con ello.
Otra cosa que me saca de mis casillas es que me controlen, y en esto no tiene que ver mi marido, gracias a Dios; mis papas, hombre y mujer sabios que me regalaron la vida, aprendieron con el tiempo que imponerme las cosas no funcionaba nunca, o al menos no funcionaba bien. Mi papa, cuando no quería que yo hiciera algo, lo dejaba a mi consideración!!!!, la táctica le funciono la primera vez, y sigue funcionando… no por que cada vez que pidiera permiso y lo dejaran a mi consideración no lo hiciera, sino que al dejarme la responsabilidad de hacer, o no hacer algo, me hacia responsable de ello, por ende, fui puliendo mis actitudes. Mi mama si era mas de “no por que soy tu madre”, y por ello tuvimos tantas discusiones; una vez dijo mi papa ‘para que te niego un permiso, si como quiera vas a hacer lo que se te de la gana’, tenia razón, pero sabia que nunca hacia cosas que pusieran en riesgo mi integridad.
Casarse conlleva vivir con otra persona, que fue educado distinto que uno, conlleva también el incrementar tu familia, ahora hay dos pares de papas, mas hermanos, cuñados y sobrinos, y a veces, la mezcla de todos estos ingredientes en la ecuación básica de un matrimonio (esposo + esposa = matrimonio) se torna un tanto mas complicada; mi mama sabe como decirme las cosas, mi suegra no me conoce de tanto tiempo y me dice las cosas como se las diría a su hija, cosa que se agradece por la intención, pero en ocasiones, muchas, provoca que “hide” haga su aparición, me rechoca que me digan que hacer (digo quiero tener la vida planeada, pero por mi marido y por mi, no por un tercero, llámese como se llame y sea quien sea, digo si no somos títeres de nadie), y a la mamá de mi marido se le da, y reconozco que eso nos lleva, a “hide” y a mi, a un estado de alerta constante, digo es una persona maravillosa, y neto que la quiero, pero eso si me altera.
En fin, un día, Dios me dijo que mi tarea, si decidía aceptarla, era ser feliz, y ser feliz implica que “hide” no aparezca demasiado en mi vida, ni en la de los seres que amo, por lo que busco encontrar el lado amable de toda situación, y aunque a veces no lo consigo, hago mi mayor esfuerzo, por que creo que eso es lo correcto, ¿no creen?.