vientos de cambio

Dentro de las cotidianeidades de mi vida, que obviamente son muchas, existe una constante, Dios pone en mi camino gente que me aliviana tramos duros, por asi decirlo, uno de los momentos mas dificiles que me ha tocado, es separarme de mi hija, estar en casa con ella es INCREIBLE, me encanta verla jugar y crecer, desafortunadamente el ritmo de vida de hoy no nos exige mas cada vez, y regrese a trabajar, ahora en una dependencia estatal.

Mi primer dia fue... no tengo palabras para describir lo que sentia, gusto por poder colaborar en casa, nervio por conocer a la nueva gente y una inmensa tristeza de dejar a mi nena. Habia llegado la hora de volver a comenzar, despues de mucho buscar estacionamiento lo encontre y llegue a mi nueva oficina, me presentaron a mis jefes y me asignaron un lugar y computadora, al lado mio estaba una chavita, y lo primero que me dijo fue: que bueno que ya voy a tener compañerita!!!, su sonrisa era sincera y contagiosa, Deysi, adelante de ella estaba una chava mas seria pero tambien muy linda, Gaby, ellas han hecho menos pesado el hecho de tener que dejar a mi nena, me han enseñado lo que saben y, en poco tiempo, se han vuelto muy importantes para mi.

Con Gaby comparto intereses, y Deysi, esa niña es cuento aparte, es tan animosa que es imposible estar de mal humor a su lado, es de ese tipo de personas que quisieras que estuvieran siempre en tu vida, de hecho, no se por que le dije eso, que no importaba cuanto tiempo estuviera aqui, a mi me gustaria conservar su amistad, y ella me dijo que justo estaba pensando eso, ellas son las nuevas adquisiciones que Dios ha mandado a mi lista de amigos.